viernes, 14 de octubre de 2016

El Proyecto De Dios

El Nuevo Orden Espiritual

Teocracia mundial es el proyecto de Dios para la humanidad.
La teocracia es el sistema de vida teopolítica, social, moral, económico, cultural de carácter espiritual.

La política hecha por mundanos es mundana y corrupta.

La teopolítica de los fieles es de Dios y es santa.

La teocracia es el sistema teopolítico santo administrado por hombres santos en perfecta obediencia a las leyes santas de Dios.

Dos cosas hacen de la teocracia el sistema teopolítico santo: el origen divino y la administración de los santos.

La teocracia es un conjunto de leyes e instituciones de origen divino entregados por Dios a Moisés como el modelo central de administración teocrática para las naciones de Dios. Naciones salvas Apocalipsis 21: 24 
Este conjunto tiene varios contenidos de caracter social, moral, religioso, económico, cultural, territorial, organizativo. Todo esto para la construcción del Estado, el gobierno, y la sociedad teocrática.

Todo lo que tiene que ver con la vida nacional e individual son tratados en la teocracia.

La vigencia de la teocracia es eterna. El plan de Dios es el gobierno nacional e mundial teocrático.

¿Como es la teocracia?
Es un proyecto mundial y nacional. Es luz que guía e ilumina, una sal que cura y preserva de la corrupción, es la regla para la conducta santa, es el instrumento de Dios para hacer real su soberanía en la tierra, sobre personas y naciones.

Es también la compasión de Dios, su misericordia para con la humanidad oprimida y condenada por el modelo de condenación y muerte que es la democracia.

Dios vio la humanidad perdida, sin un destino para su bien; y se llenó de compasión por nosotros y nos dio como su salvación el modelo teocrático. Si vivimos conforme a él seremos salvos y libres de la corrupción y la muerte.

Dios vio la humanidad desconcertada, desorientada. Embarcada en el proyecto mundial de Satanás. Como quienes van en un barco sin timón, sin brújula y sin capitán en medio de una mar embravecida. Azotados por las fuertes olas del odio, violencia, y perversión. Dios sintió misericordia de nosotros y una ves mas abrió las ventanas de los cielos y nos hizo descender la teocracia, su proyecto como el norte de Dios, como su brújula, como su timón que nos conduce a puerto seguro de vida y felicidad.

Dios vio la humanidad desformada por la rebeldía y nos dio su ley para formarnos parecidos a él.

El proyecto de Dios es la forma concreta de su misericordia y de su gracia para con nosotros.

El proyecto de Dios es la teocracia para toda la humanidad.

El proyecto de Dios es su partido mundial, universal. El Partido De Dios.

Todos los que desechan su partido automáticamente quedan en el partido del Satán.

El partido de Dios somos todos los que tomamos partido por él, por su modelo de mundo, para impulsarlo, para trabajar luchar y sacrificar por ese ideal tecrático.

El gobierno de Dios somos los gobernados por Dios.
Dios y6 gobernados juntos constituimos la teocracia en la tierra, como en el cielo.

Los que hemos optado por Dios, lo hemos hecho también por la nación de Dios, por el mundo de Dios, que es el mundo teocrático.

Sin un proyecto mundial no se entendería el propósito de Dios para la humanidad.
Y sin un proyecto nacional de Dios tampoco se entendería el propósito nacional de Dios.

La nación y el mundo de Dios son para el futuro; pero para un futuro que comienza a escribirse ahora; y a construirse ahora desde Venezuela, hacia América y el resto del mundo.

La parábola de los talentos se refiere a esta responsabilidad de construir la teocracia en el mundo. Dios confía a todos los creyentes la misión de levantar su gobierno mundial.

Los que sirven a Satanás de manera inconsciente tienen que apartarse de las parcelas religiosas para trabajar con una visión mundial de reino de Dios.

La otra cosa que hay que entender es que la llegada del reino de Dios no obedece a un acto milagroso, sobrenatural, sino a un milagro que nosotros mismos estamos realizando con nuestro esfuerzo humano y con la ayuda del Espíritu de Dios.

El prototipo de la construcción del reino lo encontramos en la experiencia del profeta Nehemías.





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